Proyecto Ítaca

El Proyecto ÍTACA se inició en noviembre de 2002. Surgió con el objetivo de facilitar los viajes a las personas ciegas, reuniendo información de interés y buscando recursos que mitiguen o superen las dificultades que encuentran los ciegos a la hora de desarrollar esta actividad.

Además de recopilar información sobre lugares, edificios, itinerarios, actividades, etc., que resulten más accesibles para las personas ciegas o con deficiencia visual, nos gustaría poner en contacto a personas ciegas que precisen un acompañante a la hora de emprender un viaje, con aquéllas  otras que, de forma voluntaria, estén dispuestas a hacerlo.

Si estás interesado en ser usuario de este servicio, envíanos un mensaje a: usuarios@itaca2002.org

Si quieres ser acompañante, escríbenos a: voluntarios@itaca2002.org

Si te gusta viajar… te esperamos!

Con el intercambio y las aportaciones de todos seguro que podremos viajar más y mejor.

Algunas notas sobre ciudades italianas

Por Angustias

ITALIA, yo he estado en FLORENCIA, allí era donde estaba en un hotel, que se llama BONZZANI de 3 estrellas superior está junto al casco histórico y la calle en donde está el hotel se llama bambién BONZZANI. En la cuna del Renacimiento me dejaban tocar en varios monumentos además me decían que yo no tenía que pagar.

Desde FLORENCIA nos desplazamos a PISA Y SIENA en esas ciudades pude tocar. pero los restaurantes son carísimos.

VENECIA, no es para ciegos, puesto que yo iba con mi hermana y, para trasladarnos del aeropuerto al hotel en un barco que hacía las funciones de un taxi, ya que en la mencionada ciudad no hay coches. y se movía el barco porque había marea y casi meto los pies en el gran canal al bajarme del barco, nosotras, estuvimos 4 días y hacíamos todo andando por tal de no coger barcos, pero era necesario para volver al aeropuerto y estaba el mar picado y no podía el barquero aproximarse al borde y tanto al subirme como al bajarme pensaba que yo tenía que decir lo que decía PACO MARTÍNEZ SORIA «La ciudad no es para mí», en ese caso VENECIA y además es más cara que la sangre.

Página con información útil sobre Italia, en castellano:

Atenas

Nuria del Saz

 

15/05/03

 

 

Los colores del alba en Atenas nos recuerdan a los de cualquier ciudad que se despierta temprano gris y bulliciosa, cosmopolita, mezcla de culturas y gentes que dejaron sus huellas a lo largo de los siglos. Queremos conocer la capital griega, cuna del arte clásico en tiempos de Pericles que, estos días, se prepara para celebrar los Juegos Olímpicos en 2004.

Nos han recomendado una estancia de dos o tres días máximo, suficientes para visitar aquellos lugares de gran interés, ya que las mayores bellezas de este país, tanto en lugares como en zonas arqueológicas, se encuentran fuera de la capital.

Lo primero que hacemos al salir del hotel es localizar un lugar donde disfrutar de un típico desayuno griego. Los sabores de la dieta mediterránea permanecerán en nuestra memoria una vez hayamos regresado a España. No nos resulta difícil encontrar una cafetería. Pedimos lo más tradicional que tengan para desayunar. La camarera nos explica, en Inglés, que nos servirá pan, mantequilla y miel. Una mezcla suave y deliciosa que sienta muy bien a esa hora del día. Como nos han prevenido de que el café con leche no se estila tal y como lo conocemos en España, pedimos dos vasos de leche (la cafeína no nos sienta nada bien a mi compañero de viaje ni a mí).

Pagamos cuatro euros por el desayuno. El pan, sin tostar, al natural, era de textura consistente y de sabor suave.

De los once millones de personas que habitan Grecia, unos cuatro millones están censados en Atenas y sus alrededores, lo cual convierten a esta ciudad en un lugar bullicioso. Los atenienses de hoy no parecen descansar nunca. Las calles presentan una gran actividad y el tráfico de vehículos llega a resultar agobiante. Se trata de una ciudad extensa, pero plano en mano, nos damos cuenta de que los lugares de interés para el turista quedan delimitados entre el triángulo que forma la Plaza Omonia, la Plaza Síntagma y el Barrio de Plaka, a los pies de la Acrópolis.

Un guía, al que contratamos in situ por cuarenta y cinco euros, mientras ascendíamos a pie hacia la Acrópolis, nos ayudó a recordar tantos y tantos datos que uno aprende en las clases de Historia del Arte y creía ya olvidados.

La Acrópolis de Atenas se encuentra situada sobre un cerro desde donde se contemplan magníficas vistas de la ciudad, el puerto del Pireo, el mar y las montañas. Aconsejamos ir provistos de calzado cómodo que nos permitirá ascender por las rampas de grava y movernos con agilidad por ciertos desniveles del terreno.

En el Museo de la Acrópolis está prohibido tocar. Pero nuestro guía pide permiso a los guardas y nos permiten tocar las estatuas mejor conservadas y los bajo relieves.

En medio de algo más que brisa y mucho calor, nos despedimos de nuestro guía y aún nos quedamos un rato en la Acrópolis para tomar unas imágenes de recuerdo.

Cansados, descendemos por las rampas de grava y rodeamos la Acrópolis en busca de una taberna para comer en el barrio de plaka. En lugar de la tradicional musaka, prefiero pedir guiros para almorzar. Un plato muy socorrido y fácil de encontrar en cualquier lugar. Consiste en una base de pan con salsa de yogur, ajo y pepino, trozos de carne a la parrilla y patatas. De postre, vacalata, un pastel de milhojas con miel y sésamo.

A fin de rebajar un poco las calorías, mi compañero y yo decidimos recorrer a pie la distancia que nos separa del hotel para visitar algunos lugares como el Arco de Adriano o el templo de Zeus Olímpico, la Plaza Síntagma y contemplar el cambio de guardia de los Evzones en el palacio Real, actual sede del Parlamento Griego o la tumba del soldado desconocido. El paseo se alarga, pero merece la pena pasar por el Parque Nacional, pulmón de la ciudad, y seguir camino para ver el estadio olímpico. El hotel ya no queda lejos y a lo largo de la céntrica calle de panepistemiu tomamos unas fotografías de los edificios neoclásicos más bellos de Atenas, como son la Biblioteca Nacional, la Universidad y la Academia de las Artes.

En lugar de caminar, si no se dispone del tiempo suficiente o el cansancio ha hecho presa en nosotros, es muy recomendable descender al metro de Atenas, cuyo servicio es eficaz y económico. Cada billete univiaje cuesta 0,70 euros y existen bonos para todo el día cuya adquisición resulta muy ventajosa. El taxi es otra opción, claro, pero si no les gusta compartir vehículo con desconocidos ni negociar el precio del viaje antes de subir al coche, absténganse. El servicio de taxi en Atenas es realmente sui generis.

A la caída de la tarde, después de una buena ducha refrescante, emprendemos camino hacia el Barrio de Plaka para cenar en una típica taberna griega con espectáculo. Tabernas y restaurantes hay muchos en Plaka, pero se desaconseja entrar en los de la calle principal, Adrianu. Ofrecen mejor garantía los de las calles Misicleus y Eretheus. Nos decidimos por una taberna que encontramos muy animada con música y danzas griegas. Esta vez, pedimos cordero, muy bueno en estas tierras, y un plato típico llamado sulaki, similar a los pinchos morunos, siempre acompañado de arroz, patatas o verduras. Y como postre, helado con kidoki, una fruta parecida a la guayaba. En la cena no han faltado los entremeses y la famosa salsa de yogur.

Como las tiendas de Plaka siguen abiertas, aunque a punto de cerrar entorno a las once de la noche, y ya hemos presenciado algunas danzas, aprovechamos para dar una última vuelta y comprar regalos. Cruces griegas de plata, gargantillas con el símbolo de la eternidad, colgantes con la lechuza que simboliza la sabiduría de la diosa Atenea… Y, cómo no, un libro de recetas griegas en Español que encontramos entre otros muchos en diferentes idiomas.

Noche cerrada ya, pero la ciudad sigue latiendo en las tabernas y locales de moda. Atenas es ruidosa casi a todas horas. Uno se pregunta cuándo descansan sus habitantes, que diariamente circulan por sus calles a pie, en vehículos privados, en autobuses o en trolebús o que beben cerveza o café tranquilamente en una terraza charlando con los amigos. Cosmopolita, bulliciosa, dos adjetivos que contrastan con otra realidad, la del viento que sopla arriba en la Acrópolis entre las columnas de mármol de los templos más bellos de la antigüedad.

Viaje a Berlín

Por Ana María Silva

 

El 15 de mayo viajé a Berlín en una excursión desde la ciudad sueca de Malmö.

La empresa turística de la Federación de Ciegos había comprado 14 plazas a una empresa que organiza este tipo de viajes.

Éramos 8 asociados, 3 personas ciegas y 5deficientes visuales, 5 acompañantes y un señor vidente con problemas para caminar, esposo de una señora ciega.

Cada acompañante tuvo como máximo 2 personas a acompañar y la líder del grupo distribuyó a acompañantes y acompañados con gran acierto. Para ello se fijaba en los intereses de cada uno. Por mi parte tuve la oportunidad de tener un acompañante para mí sola en algunos paseos.

Con el grupo todo hice una recorrida por la ciudad con el mismo ómnibus que nos llevó y viajé a San Suci (con la salvedad de cómo se escribe).

Caminé por el centro, visité algunas iglesias, negocios, restaurantes. Fui a un concierto.

Puedo decir que la eficiencia de los acompañantes me impidió advertir las dificultades que seguramente los ciegos berlineses tienen que afrontar cada día.

Noté que los semáforos sonaban bajo comparado con lo que estoy acostumbrada aoír. En los lugares en que fuimos a comer no había menúes en Braille y en los negocios en los que entré había poco personal.

Lo que me sorprendió es que el ritmo de la ciudad es bastante tranquilo si lo comparo con otras capitales que conozco.

Personalmente extrañé no encontrar gente común y corriente para enterarme de cómo es vivir en Berlín. Es mi falta de costumbre de ser turista. Siempre que viajo es para tratar de conocer la realidad de los lugares que visito y suelo visitar a personas que conozco.

Berlín me pareció una ciudad cara respecto de la ciudad sueca en que vivo; puede ser que sea porque allí se usan euros

En síntesis: estuve conforme con el viaje que duró cuatro días de los cuales dos fueron de viaje.

 

Página en castellano sobre viajes a Alemania:

Playa de las Américas y los Cristianos

Al sur de la isla de Tenerife, perteneciente al archipiélago de las canarias (España), se encuentra la denominada «playa de las Américas» y su continuación hacia el este con el nombre de «los Cristianos».

Se trata de una zona que comprende innumerables instalaciones hoteleras salteadas con un comercio de mantenimiento y otras actividades enfocadas en exclusiva al Turismo masivo, a lo largo de unos 5 kilómetros de costa.

Lo primero que percibe el viajero ciego es lo agradable del clima, pues oscila entre los 15 grados de mínima y los 24 de máxima. Seguidamente el tráfico fluido, con tendencia al caos a medida que se acerca la noche, se alterna con los reclamos de los relaciones públicas de hoteles y restaurantes, el estimulante rumor de piscinas y alguna que otra fuente, las músicas frívolas de toda suerte de terrazas y el cruzarse constante con personas que con la serenidad inspirada por el ocio hablan toda clase de lenguas sobre las que destaca el inglés. El castellano se prodiga poco y el suave acento canario apenas.

A medida que uno camina una y otra vez por las mismas calles distingue el desorden urbanístico que ha ido implantándose en el lugar con la única obsesión de la especulación y la explotación no sostenida de los recursos aunque fuesen servicios.

Otra característica desagradable para nuestra condición es la existencia de grandes estructuras hoteleras de difícil aprehensión por uno mismo, dados los espacios abiertos y con escasas referencias en ocasiones.

Si bien está todo urbanizado en calles, alguna avenida poco recta y varias rotondas que la brújula confunden, nuestra orientación se dificulta al solicitar ayuda a otros ciudadanos, pues en el caso de que tengamos la fortuna de topar con un idioma conocido, la persona generalmente desconocerá el terreno por el escaso tiempo que lleva en la isla y, cuando por ventura se trate de algún trabajador del sector o natural, sus explicaciones, con las consabidas referencias visuales, no pasarán de ser por nombres de establecimientos turísticos, pero casi nunca de calles, por lo que nuestro mapa mental se va construyendo a base de puntos dispersos difícilmente relacionables en un espacio. De aquí la importancia de contar con gráficos en relieve de la zona aun que de trazo grueso fuesen, pudiendo para ello dirigiese a la dirección administrativa de la ONCE en Tenerife, ya que cuenta con los medios indispensables para adaptar la información.

Si Usted viaja acompañado de su perro-guía, constatará inmediatamente, sobre todo entre los taxistas, la ignorancia que existe acerca de su uso y amparo legal, considerándolo en general como una mascota más.

Ante cualquier conculcación del derecho en este sentido, bien impidiendo la entrada del usuario con su perro-guía a locales de acceso público, servicios de transporte o su libre circulación, conviene conservar la calma, solicitar la presencia del máximo responsable del servicio o negocio, reunir todos los datos objetivos posibles y, una vez consumados los hechos, ponerse en contacto con la fundación ONCE del Perro-guía a través del teléfono 916324630, donde le orientarán sobre el procedimiento a seguir.

En definitiva, nos parece aconsejable:

1. Reunir de los lugares a visitar toda la información adaptada, que es más bien excasa, por lo que se ha de promover su realización.

2. Hospedarse en un establecimiento de tamaño medio y tradición en el sector, comprobando previamente ciertos detalles relativos a la accesibilidad de las instalaciones.

Para el caso que nos ocupa, recomendamos sin ambages ni comisión alguna el Hotel Hesperia Troya, que a lo indicado añade el exquisito trato de su personal, precios moderados y ayuda en el comedor, cosa ésta importante dado que en la zona, es práctica habitual el autoservicio.

3. La gastronomía de la zona visitada no parece excelente dado su enfoque turístico masivo, por lo tanto nos puede servir la del hotel o cualquier restaurante nada sofisticado que encontremos, y es difícil según la hora, con la música o actuaciones en directo a niveles tolerables de volumen.

Una última y necesaria consideración nos obliga a decir, a parte de que cada cual cuente la feria como le va en ella, que la duración de nuestra estancia en Playa de las Américas y Los cristianos fue ciertamente breve (inferior a una semana), por lo que cuanto se ha escrito hasta aquí debe ser sometido a esta cautela.

Santander, 30 de abril de 2003

(tercer día posterior al regreso)

Servicios de acompañamiento en transportes para personas con discapacidad

Puesto que en los últimos meses, han surgido algunas novedades respecto a los servicios que las personas con discapacidad, podemos solicitar en ciertos medios de transporte para viajar de una forma más cómoda, a continuación, se proporcionan documentos con información práctica al respecto.Seguir leyendo: Servicios de acompañamiento en transportes para personas con discapacidad