XI Congresso Brasileiro de Educaçao de Pessoas com Deficiência Visual.
«Educaçâo, formaçâo e práticas pedagógicas: compromisso com a inclusâo».
Associaçâo Brasileira de Educadores de Deficientes Visuais (ABEDEV)
Joâo Pessoa (Paraíba), 31 outubro a 3 de novembro de 2007.
XI Congreso Brasileño de Educación de Personas con Deficiencia Visual.
«Educación, formación y práctica pedagógica: compromiso con la inclusión».
Asociación Brasileña de Educadores de Deficientes Visuales (ABEDEV).
Joâo Pessoa (Paraíba), 31 de octubre a 3 de noviembre de 2007.
El Braille y la educación
Aunque lo ideal sería haber podido estar en persona estos días con ustedes, quiero expresarles mi gratitud sincera por que me hayan permitido dirigirles unas palabras En la mesa redonda a la que me habían invitado a participar.
Estoy seguro de que en el plano teórico son muy pocos los que se oponen al aserto de que el Braille, ese sistema de lectoescritura táctil que ya tiene casi doscientos años, continúa siendo para las personas ciegas una herramienta preciosa de acceso y disfrute de la cultura. Ustedes, educadores de niños y jóvenes con discapacidad visual, deben adoptar sin ambages como prioridad absoluta la postura de que este código táctil debe enseñarse a todos los niños que no vean nada o vean muy poco, salvo en aquellos casos en que problemáticas de sensibilidad táctil lo hagan inaccesible. Si los niños tienen resto visual, nos enfrentamos ante situaciones mucho más complejas. En todo caso, el Braille debe ser el principal código de lectoescritura para los niños con discapacidad visual cuando los sistemas visuales no puedan ser útiles en el acceso cotidiano a la información.
Los profesores deben procurar que el no ver nada o ver muy poco no se utilice nunca para clasificar a los niños en una injusta gradación de valores. Sin poner en tela de juicio el carácter precioso de la vista, estamos firmemente convencidos de que la valía de una persona no reside precisamente en su capacidad sensorial.
Los profesores tienen ante sí una opción nada sencilla cuando un niño va perdiendo paulatina o rápidamente su resto visual y llega incluso a la ceguera completa. No es extraño que ese niño experimente dificultades inmediatas para responder a las exigencias de su plan de estudio, pues la velocidad lectora con el Braille o con cualquier otro código no es una conquista que se lleve a cabo de la noche a la mañana. Tenemos aquí una situación que genera de forma casi natural un privilegio del audio. No obstante, con comprensión y paciencia hay que esforzarse por que el niño asimile bien un código, el Braille, que va a ser muy valioso en su vida de estudio y de trabajo.
A la hora de leer materiales, debemos encontrar una convivencia positiva entre el audio y el Braille, pero nunca deben convertirse en herramientas autoexcluyentes.
Y eso mismo es válido para el caso de las tecnologías informáticas de la información. A veces, se hace una oposición falsa entre el Braille, que se presenta como una realidad vieja, ya superada, y las posibilidades que se derivan del uso del ordenador, que se exhibe como tecnología de punta.
Las nuevas tecnologías permiten ahora, por ejemplo, que en todas partes se produzca material en Braille con gran rapidez y a un costo muy inferior al de antes. Los dispositivos de Braille efímero conectables al ordenador, las denominadas «líneas Braille» constituyen un elemento excelente. Desgraciadamente, su coste elevado hace que esa tecnología resulte totalmente inaccesible en muchas partes. Sin embargo, es indudable que ese Braille efímero representa una simbiosis perfecta con la tecnología punta.
El Braille desde un principio, sin duda debido a su carácter claramente diferenciado de los códigos de lectoescritura visual, fue visto por muchos como un factor de segregación y no como un medio para el logro de una auténtica inclusión social. Sin embargo, su genialidad reside en su inequívoca adecuación a las características de la percepción táctil. El éxito de nuestra inclusión social dependerá en realidad de que tengamos buenas oportunidades para asimilar técnicas compensatorias.
Hemos de estar alertas a defender el Braille contra los ataques injustos de los que a veces es víctima. Debemos luchar por que su presencia incluyente sea cada día más real en los productos y servicios públicos.
En marzo de 1996 en un Foro Mundial de Alfabetización organizado en Montevideo por la Unión Mundial de Ciegos, presenté una comunicación en forma de una carta abierta a Luis Braille. Su último párrafo viene como anillo al dedo para poner un broche final a esta intervención mía.
«Al fin y al cabo, sea por el camino que fuere, en una u otra forma, si alguien algún día encuentra algo que supere el sistema que tú propusiste al mundo en 1825, tú, yo y todos nosotros nos alegraremos sobremanera.»
Madrid, 24 de octubre de 2007.
Pedro A. Zurita
Ex Secretario General de la Unión Mundial de Ciegos