Parque temático sobre el Mudéjar (Olmedo, Valladolid – España)

(MARZO 2005)

 

 

La villa de Olmedo, separada unos 25 kilómetros de Valladolid, mantiene un casco histórico digno de atención, tanto como sus alrededores (diríase extramuros), donde se localiza, entre otras muestras asombrosas, la exposición de reproducciones arquitectónicas que el marketing vino en llamar «Pasión mudéjar».

 

En el interior de un recinto amurallado, aislado del tráfago mundano, se han dispuesto sendas, ya de firme, ya de arena, que nos van dejando frente a maquetas monumentales realizadas a una escala de 1/8, y hasta un total de veintiuna.

 

La mayoría reproducen arquitectura religiosa de estilo mudéjar, cuyos templos originales se hallan dispersos por la geografía de Castilla y León, y, al igual que para éstos, se ha utilizado en su construcción lo que la tierra ofrecía con generosidad: arcilla:

en sus sagradas formas de cerámica, endurecida por el trabajo y el calor para ser ladrillo o sobrio barro que las junturas sacia y, a la vista y el tacto, da cálida entereza.

 

Cada reproducción está encuadrada por un breve jardincillo y sobre un escalón elevado, que si bien persuade, de manera más estética que real, a los extremadamente curiosos, no es impedimento alguno para que las personas ciegas se acerquen a tomar posesión del lugar y sus existencias.

Y decimos de este modo, porque la escala elegida para las reproducciones admite que sea dado conocerlas al tacto, en la mayoría de ellas, de planta a cubierta de campanario, y de fachada principal a su opuesta, pues hay algunas que bien nos caben entre los brazos.

Y aunque nuestra desvergüenza sólo es superada por la curiosidad que nos anima, en este caso diremos de inmediato, que el acceso está así pensado y autorizado.

 

El complejo defensivo conocido como «el castillo de la Mota», también podremos asaltarlo sin el menor temor, y por su interior caminar desarmados sin más oposición que niños batiéndose desde almenas y torreones, o mayores ascendiendo pesadamente a la torre del homenaje.

 

Estanques y fuentes, unidas al tráfico ferroviario de diminutos trenes conforman el aspecto más lúdico del parque, cuya visita podremos realizar sosegadamente en unas dos horas.

 

 

Respecto a la accesibilidad, hemos encontrado facilidades en todas las instalaciones, incluidos los baños.

 

Por último, destacar que Don Félix Arranz Pinto es el autor tanto de las maquetas mencionadas como de una que, al lado de la recepción , representa todo el parque, permitiéndonos una idea cabal del mismo y no fraccionada.

El ayuntamiento de Olmedo, que sigue encargando más obras, es quien sostiene esta pasión.

 

 

Sancibrián, 15 de mayo de 2005

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