(Por Paquita García).
Yo puedo contaros que mi pareja y yo, que somos ciegos totales y no tenemos
a mano gente que nos acompañe, hace unos años vamos a pasar 15 días a un
hotelito que hay en las inmediaciones de las ruinas de ampurias. Nos lo
recomendaron unos amigos también ciegos y ha sido nuestra solución.
El hotelito, más bien un hostal, tiene unas habitaciones muy sencillas,
aunque cuentan con aire acondicionado. Desde la cama oigo el incesante ir y
venir de las olas del mar y para mí es una música maravillosa que me relaja y
me encanta.
El hotel como es pequeño, es muy fácil de aprender, lo cual nos hace sentir
muy libres.
el desayuno es a base de self service, pero los camareros nos sirven con
mucha amabilidad.
También como alternativa a la comida hay un grill o parrilla en un jardín y
ocurre lo mismo que en los desayunos: nos sirven los camareros, aunque la
mayoría de los días vamos al restaurante.
para acceder a la playa sólo hay que descender dos tramos de escaleras.
Una vez allí tropezamos con la dificultad que presentan las sombrillas, la
gente echada en la arena, las toallas…. pero con cuidado el bastón sirve
admirablemente para sortear los obstáculos.
Sin embargo, siempre acude algún bañista espontáneo que se ofrece a
buscarnos un sitio libre, donde poder poner nuestras toallas.
Para ir al agua, junto a la toalla clavamos el bastón blanco, hacia arriba.
Dentro del agua, aunque es un poco complicado, tratamos de ir hacia adentro,
pero sin desviarnos demasiado a izquierda y derecha.
al salirr, tratamos de andar en la dirección en la que presumimos que están
nuestras cosas, pero siempre hay un buen bañista a punto que, sin siquiera
tener que pedírselo, nos lleva al sitio.
Y para salir, ya es más fácil, puesto que el hotel, más o menos, está
enfrente.
Por no estar excesivas oras en la playa también nos llevamos libros hablados
y en Braille, que leemos en la habitación.
Y a las 8,30, más o menos, salimos del hotel a un paseo muy fácil y recto,
porque se bordea primero la playa, luego una pared de hierba y luego un
muro.Al llegar a unos contenedores de basura, sabemos que hemos de girar a
la derecha y luego, situándonos en medio del camino, debemos hallar una
fuerte subida, que hace como una expiral y nos lleva a la plaza del puebblo
de san Marrtí de Ampurias.
allí se encuentran 4 espléndidos bares de tapas, aunque siempre vamos a
parar al mismo, porque son muy amables y ya nos conocen.
Este hotel se halla en la provincia de gerona. hay un pueblecito que se llama
la escala y otro pueblecito que se llama ssan Martí. Desde Barcelona cogemos un
autocar en una estación de autobuses que se llama la estación del Norte.
allí hay una compañía que se llama sarfa, de la que salen autocares que
paran en la escala, pero tienen el final en el estaartit. Una vez en la
escala se coge untaxi y se le da el nombre del Hotel Ampurias, que se halla
entre los dos pueblos, tirando hacia san. Martí, al lado mismo de las ruinas
de Ampurias.
Os recomiendo reservar lo antes posible. también debo deciros que desde fuera es precioso, pero las habitaciones carecen de todo tipo de lujos. Tienen lo indispensable: baño,
armario para ropa, pero la mínima expresión. el trato es muy amable.
Llamadlos para más información a este teléfono:
972-77-02-07
no sé si este relato servirá de algo a alguien, pero yo he pasado unas
vacaciones muy felices, sin ningún contratiempo y he recargado pilas, para
afrontar las dificultades de la vida en la ciudad con tanta obra y tanto
obstáculo.